El aumento de vehículos electrificados en los últimos años ha impactado el proceso de reciclaje de sus baterías. Los métodos de reciclaje actuales comienzan arrojando las baterías gastadas a un incinerador y luego recolectando los metales raros que quedan. Sin embargo, ese método reduce la cantidad de materiales recuperados y libera una enorme cantidad de CO2, lo que tiene un gran impacto ambiental. Es por esto, que Toyota y Toyota Chemical Engineering asumieron en el 2023 el desafío de reciclar baterías sin quemarlas para encontrar una tecnología de reciclaje con menores emisiones.
El director de operaciones de Toyota de Puerto Rico, Dany Oliva, comentó: “Aunque la mayoría de las personas nunca tienen la oportunidad de ver este tipo de baterías, deshacerse de ellas cuando los vehículos llegan al final de su vida útil se está convirtiendo en un problema. Por eso Toyota ha puesto en marcha un sistema que permite la trazabilidad desde la producción hasta la eliminación junto a el equipo de Toyota Chemical Engineering y colaboradores en Japón.”
La empresa de procesamiento de residuos industriales trabajó con Toyota en 2010 para establecer la primera tecnología de reciclaje de baterías hidruro metálico de níquel (NiMH, por sus siglas en inglés) del mundo. Desde entonces, se ha estado recolectando y reciclando baterías gastadas de vehículos eléctricos híbridos (HEV) de Toyota en Japón.
Hasta ahora, Toyota ha reciclado baterías mediante técnicas de incineración convencionales. Sin embargo, en el 2023, Toyota y Toyota Chemical Engineering asumieron el desafío de reciclar baterías sin quemarlas. Avanzar hacia la neutralidad de carbono requerirá hacer visibles todas las emisiones del ciclo, desde la fabricación hasta el desmantelamiento y el reciclaje, y reducirlas.
Como un paso importante hacia eso, Toyota ha estado realizando pruebas de verificación sobre el reciclaje de baterías sin quemarlas. Estas pruebas suponen el primer paso en el camino hacia la transformación de baterías gastadas en baterías nuevas. Afirman que en su interior existe un método para recuperar de forma segura materiales de baterías de automóviles gastadas sin incineración.
El proceso comienza cuando las baterías gastadas se transfieren al equipo. Las baterías están llenas de una solución electrolítica para permitir un movimiento más fácil de iones positivos y negativos para la carga y descarga de electricidad. Sin embargo, este líquido es muy inflamable y su mala manipulación conlleva riesgo de incendio.
Para eliminar ese riesgo, la instalación puede destilar y extraer el fluido electrolítico. Esa técnica no se utiliza en el reciclaje convencional, lo que significa que las baterías tuvieron que ser incineradas con el fluido en su lugar.
Una vez extraído el líquido, las células se trituran. Luego, la instalación clasifica y recupera los recursos, como grandes piezas que contienen aluminio y hierro o un polvo llamado “masa negra” que contiene abundantes metales raros. Los trozos y polvos seleccionados se transportan a empresas colaboradoras y se transforman en materiales para baterías nuevas. Se trata del reciclaje de baterías sin quemarlas, que no sólo reduce las emisiones de CO2 sino que mejora las tasas de recuperación.
Toyota ha trabajado en conjunto con Toyota Chemical Engineering en este revolucionario intento de reciclaje de baterías. Este último aspira a convertirse en líder en la industria medioambiental y también trabaja en el desarrollo de otras tecnologías. La meta de la empresa es crear una economía circular que esté en el centro de todas estas tecnologías, incluido el reciclaje de baterías.