Primera red de pagos que la elimina.
Debido a la disminución de los pagos con banda magnética tras la implantación de los pagos con chip, las nuevas tarjetas de crédito y débito de Mastercard no tendrán que tener banda magnética a partir de 2024 en la mayoría de los países. En 2033, ninguna tarjeta de crédito y débito de Mastercard tendrá banda magnética, lo que deja un largo camino para que el resto de los socios que aún dependen de esta tecnología introduzcan progresivamente el procesamiento de tarjetas con chip.
El abandono de la banda magnética se debe tanto a los cambios en los hábitos de pago de los consumidores como al desarrollo de nuevas tecnologías. Las tarjetas con chip actuales están equipadas con microprocesadores mucho más capaces y seguros, y muchas llevan incorporadas pequeñas antenas que permiten realizar transacciones sin contacto. Las tarjetas biométricas, que combinan las huellas dactilares con los chips para verificar la identidad del tarjetahabiente, ofrecen otro nivel de seguridad.
En 2024, la banda magnética empezará a desaparecer de las tarjetas de pago Mastercard en regiones como Europa, donde las tarjetas con chip ya se utilizan ampliamente. En Estados Unidos, los bancos dejarán de emitir tarjetas con chip y banda magnética a partir de 2027.
“Es hora de adoptar plenamente estas capacidades que son las mejores de su clase y garantizan que los consumidores puedan pagar de forma sencilla, rápida y con tranquilidad”, afirma Ajay Bhalla, presidente del negocio de Cibernética e Inteligencia de Mastercard. “Lo que es mejor para los consumidores es lo mejor para todos en el ecosistema”.
Para 2029, ya no se emitirán nuevas tarjetas de crédito o débito de Mastercard con banda magnética. Las tarjetas prepago de Estados Unidos y Canadá están actualmente exentas de este cambio.
“La comunidad de comerciantes espera que llegue el día en que se eliminen los requisitos de apoyo a la banda magnética y la responsabilidad de proteger los datos que los comerciantes realmente no necesitan”, afirma John Drechny, CEO del Merchant Advisory Group, que representa a más de 165 comerciantes estadounidenses. “Aplaudimos a Mastercard por haber dado este paso para ayudar a reforzar la seguridad de los pagos y proteger a los comerciantes y consumidores de los riesgos. Nos gustaría ver a otros en la industria encaminarse en esta dirección”.
En el pasado, los empleados detrás de la caja tenían una tarea difícil.
Durante los primeros años de las tarjetas de crédito modernas, un empleado de la tienda tenía que anotar a mano la información de la cuenta de cada cliente que pagaba con tarjeta. Más tarde se utilizaron máquinas de impresión plana para registrar la información de la tarjeta en paquetes de papel carbón, y el sonido del deslizamiento de la manija les valió el nombre de máquinas zip-zap. (También fueron apodadas “rompe-nudillos”, por los desafortunados que se despellejaban los dedos con la placa de impresión).
¿Y cómo podían saber los dependientes si debían aprobar la compra del cliente? No podían saberlo. Las compañías de tarjetas de crédito distribuían cada mes una lista de números de cuentas problemáticas o morosas, y el comerciante tenía que comparar las tarjetas de los clientes con la lista.
La llegada de la banda magnética cambió todo eso. La banda magnética, una innovación de principios de los años 60 atribuida en gran medida a IBM, permitió a los bancos codificar la información de las tarjetas en una banda magnética laminada en el reverso. También preparó el camino para los terminales de pago electrónico y las tarjetas con chip, las que ofrecían más seguridad y autorización en tiempo real, al tiempo que facilitan la aceptación de tarjetas por parte de empresas de todos los tamaños. Esa fina banda ha permanecido fija en miles de millones tarjetas de pago durante décadas, incluso cuando la tecnología ha evolucionado.
Pero ahora la banda magnética está llegando a su fecha de caducidad, ya que Mastercard se ha convertido en la primera red de pagos en eliminarla.
Historia del crédito
Pagar a crédito es un concepto que se remonta a miles de años atrás en las culturas agrarias, incluso antes del papel moneda. A principios del siglo XX, los grandes almacenes, las gasolineras e incluso las compañías aéreas ofrecían a sus clientes “placas de compra” o tarjetas de metal, pero la primera tarjeta de pago universal moderna debutó en 1950. Esta tarjeta de cartón podía utilizarse en cualquier comercio participante y en ella figuraban el nombre, la dirección y el número de cuenta del titular.
A finales de la década, otros comerciantes y bancos empezaron a emitir sus propias tarjetas, incluida la primera tarjeta de crédito de plástico en 1959. El cajero tomaba una impresión de la tarjeta y enviaba la copia en papel para la conciliación y la facturación, un proceso lento y expuesto a errores humanos.
En los años sesenta, IBM vio el potencial de codificar la información en las tarjetas a través de una banda magnética. Esa técnica ya se utilizaba para las grabaciones de audio y el almacenamiento de información en la computadora antes de que se llevara a las tarjetas.
Según cuenta la tradición de IBM, el ingeniero Forrest Parry no sabía cómo combinar una tira de la banda con una tarjeta de identidad de plástico para la CIA y se lo comentó a su esposa, quien le sugirió que utilizara la plancha para fundir la tira con la placa. No era exactamente el tipo de hardware por el que IBM ganaría reconocimiento, pero funcionó.
Alcanzando una mejor seguridad
Incluso antes de la aparición de la banda magnética, los ingenieros habían estado tras la idea de una tarjeta alimentada por un chip de computadora que pudiera realizar los complejos cálculos que permitirían medidas de seguridad aún más estrictas.
La primera tarjeta con chip debutó en Francia en los años 60, pero tardó años en popularizarse. Y había un grave problema: las diferentes tarjetas con chip no funcionaban en todos los terminales. Esto condujo al desarrollo de un estándar global de tecnología de chip EMV.
En la actualidad, el chip crea un código único para cada transacción, el cual es validado por el banco emisor para garantizar que se utiliza una tarjeta auténtica. Esta tecnología también aumenta la seguridad de los datos del titular de la tarjeta.
Desde finales de la década de 1990, con la introducción del estándar EMV, las tarjetas con chip empezaron a convertirse en la forma de pago preferida. En la actualidad, los chips EMV se utilizan en el 86% de las transacciones presenciales con tarjeta en todo el mundo.
Más de la mitad de los estadounidenses prefieren utilizar un pago con tarjeta con chip en un terminal más que cualquier otro método de pago, siendo la seguridad el factor determinante, según una encuesta realizada en diciembre para Mastercard por el Phoenix Consumer Monitor. A este le siguen los pagos sin contacto, con tarjeta o billetera digital. Sólo el 11% dijo que prefería pasar la tarjeta por el lector, y esa cifra se reduce a 9% cuando se consideran los titulares de tarjetas con experiencia en pagos sin contacto.
Además, en un estudio realizado en julio por Phoenix, el 81% de los estadounidenses titulares de tarjetas que fueron encuestados declararon que se sentirían cómodos con una tarjeta que no tuviera la banda magnética, y el 92% aumentaría o mantendría el uso de sus tarjetas igual si la banda magnética ya no estuviera en la tarjeta.
Ofreciendo pagos más fáciles y seguros para el consumidor
Si bien los cambios en la forma de pagar y procesar los pagos han tardado normalmente años en volverse omnipresentes, el ritmo de la transformación digital se aceleró rápidamente durante la pandemia. En el primer trimestre de 2021, Mastercard vio más de mil millones de transacciones sin contacto en comparación con el mismo periodo en 2020; y en el segundo trimestre de 2021, el 45% de todas las transacciones en caja en persona a nivel mundial fueron sin contacto.
Los consumidores también están cada vez más dispuestos a experimentar con nuevas opciones de pago. Casi dos tercios de los encuestados en el más reciente Índice de Nuevos Pagos (New Payments Index) de Mastercard, una encuesta mundial, afirman haber probado un nuevo método de pago que no habrían probado en circunstancias normales.
Estas nuevas tecnologías, son incluso más sencillas de habilitar, lo cual las vuelve más accesibles incluso para los pequeños negocios. Por ejemplo, Cloud Tap on Phone convierte los teléfonos en dispositivos de aceptación y no requiere hardware ni periféricos adicionales.
La tecnología EMV también está evolucionando para ser aún más segura: a principios de este año, Mastercard desarrolló nuevas especificaciones resistentes al quantum para los pagos sin contacto. Este cambio ayudará a proteger a los tarjetahabientes y a los comercios contra el fraude durante las próximas décadas, con la misma experiencia de medio segundo de las tarjetas sin contacto y sin la necesidad de hacer cambios físicos en las billeteras digitales, tarjetas y los terminales de los puntos de venta.
Y así, el swipe pronto seguirá el camino de aquellos nudillos despellejados. “El verdadero progreso también significa retirar las tecnologías que ya no satisfacen nuestras necesidades”, dice Howard Hammond, vicepresidente ejecutivo y director de banca de consumo de Fifth Third Bank. “La forma en que compramos, pagamos e interactuamos está cambiando, y estamos satisfaciendo estas necesidades en evolución con experiencias más inteligentes y seguras”.